Scutaro se inspira en el color de los paisajes venezolanos, sus amaneceres, las puestas del sol, expresadas con elegancia y sensualidad.
Para el año 2008, Scutaro contaba con veinte años de labor en el
diseño de moda en Venezuela y nos hablaba de un trabajo retrospectivo
que le impulsó para aquel año, a desarrollar una colección basada en una
muestra de la identidad nacional en el sentir latinoamericano.
Se inspiraba en los años 60, considerando diseños más estructurados,
su visión en la línea de corte la cual se hacía más comprometida, al
igual que en las costuras más arriesgadas. Diseñando creaciones más
rígidas, aunque alejadas de los adornos, comenzando a indagar en ideas
más minimalistas. Creando en función de la fluidez y en darle protagonismo al cuerpo.
Por otro lado sus vestidos más complejos eran basados en la sobre
posición de elementos y la intervención de las telas para enriquecer el
estampado. El azul Prusia y el negro, eran puntos focales en su paleta,
develando así una revisión de ese tono intenso y a la vez antiguo.
La obra de Cruz-Diez le dio claves para que la colección 2008, resaltara combinaciones donde prevalecieran los estampado, más no los motivos florales.
Venezuela, su tierra querida, plena de múltiples y alegres colores
Sus telas según declaraciones propias, eran suizas, utilizando por
igual el pailleté, ese rico tejido antiguo, a base de cuentas, un arte
que consiste en la ornamentación por medio de hebras textiles, resaltado
por la plata y el oro.
E igualmente se veían bordados sobre tonos, de una manera especial en los trajes de novia donde rescato el color plata por considerarlo de gran impacto y elegancia para los arreglos nupciales.
Scutaro en 2008, destaca igualmente por el éxito alcanzado por la línea Ready to Wear, dirigida a los más jóvenes y su visión de la línea para caballeros. Esto inspira a la actual colección Primavera- Verano 2016.
En esta colección, recientemente presentada en las instalaciones del
Centro Internacional de Eventos Múltiples, CIEM, en Valencia, Edo.
Carabobo – Venezuela, Giovanni Scutaro propone nuevamente inspirarse en Venezuela, su tierra querida, plena de múltiples y alegres colores.
Un homenaje a los hombres y mujeres de Venezuela, destacando la
elegancia como metáfora interpretativa y creativa, plena de revisiones
de la moda de los 60. Años en que las adolescentes se expresaron
libremente y su moda fue fuertemente influenciada por las películas con
temáticas playeras de Frankie Avalon y Annette Funicello.
A finales de los 60 se crea la minifalda y el estilo de Jacqueline
Kennedy, para aquellas que buscaban cierta sofisticación en su aspecto.
La cual destacaba por colores pasteles, tonos en bloque e impecable corte.
Para el hombre se ofrece más libertad en cuanto a color y estilos,
sustituyendo los trajes grises oscuros por los de colores. Los
pantalones eran más ceñidos a la pierna y surge el ruedo más alto,
dejando ver la totalidad del calzado y parte de las medias.
Luego para los 70, se le diseña a una mujer más libre y que se impacta y enamora por “looks” cuyas propuestas eran más arriesgadas. La moda tenía que ver con el arte, la estética, la música y el despertar a la libertad de todos. Los estampados en esa década vuelven con fuerza, imponiéndose los de efectos psicodélicos.
Al igual que las flores o estampados naturales, que estuvieron muy
presentes durante toda la década. Y para el caballero, el nuevo chaleco
de suéter, apareció y se extendió a lo largo de la década y las camisas
de colores brillantes junto a pantalones de corte ceñido.
Scutaro para 2016, presentó un show inspirado en los valores naturales y gentilicio de nuestra patria,
Venezuela, revisando colecciones pasadas y mostrando a través de una
pasarela sencilla, con nóveles y no muy versados talentos, aunque
promisorias figuras, las colecciones masculinas y femeninas que propone
sean nuestro “outfit.”
Cincuenta modelos seleccionados por el propio diseñador, se
esforzaron por un trabajo meritorio, destacando entre ellos Mariam
Habach, quien desfiló con distinción un vestido fresco, juvenil pleno de
colores vegetales y pureza del vino orgánico, portadora de belleza y
encantador carisma.
La muestra se inició con la colección masculina, la cual considero una propuesta equilibrada, elegante, connotativa del brillo y poder de otros tiempos.
Una propuesta equilibrada, elegante, connotativa del brillo y poder de otros tiempos
El tejido de la noche para el hombre en la muestra inicial, era el
poliéster en las piezas de cotidiana elegancia y para las de gran gala,
me parece haber distinguido los tejidos nobles de gabardina inglesa y la
seda, al final.
La paleta de colores en estos trajes recordaba el arrojo del 1825,
cuando el color surge como ícono de la elegancia y exclusividad
masculina. Los pantalones eran más estrechos, inspiración del sastre
francés Vandael. Y la estructura de cada traje masculino, destaca por la línea en la espalda más entallada, cuya complejidad es acentuada al levantar el arco convexo y por ser sin holgura en el tiro.
Scutaro toma como referencia esos conceptos para su colección
masculina, al igual que su propuesta para los chalecos a color y
chaquetas bordadas como único elemento fantasioso en su traje.
Por otro lado deleita al hombre elegante, recordando lo que en el
siglo XVIII se reconocía como una evolución de la “cravette”,
desarrollada y diseñada para el rey Luis XIV, una pieza enrollada al cuello y terminada en un lazo. Lo que hoy reconocemos evolucionada como “pajarita”, en nuestro país.
Scutaro propone la pajarita estampada, coordinada con pañuelos de
seda en contraste, los cuáles son en un solo tono iridiscente, según sea
la composición cromática del estampado.
El tejido utilizado para las pajaritas, es la seda, aunque para la
propuesta más sport es la lana, algodón, punto. Resurge en tal sentido
para Scutaro el estilo preppy estadounidense y la vuelta a la parajita en la eiqueta masculina.
En cuanto a la primera colección femenina, Scutaro destaca por su
concepción sensual, elegante, hasta cierto punto arriesgada. El uso de
colores cítrico, fluorescente, los tejidos elásticos y cierto
temperamento latino, cubren la escena en la primera pasarela femenina de
la noche.
El escote punto focal de la feminidad, logra a través de Scutaro
destacarse como catapulta sensual. Por otro lado los vestidos con cuello
halter, son comprendidos como opción para verse por igual sexy sin mostrar demasiado.
El atractivo de este diseño es que pone énfasis en la clavícula y los
hombros, dejando ver la piel de manera inesperada y muy sensual.
Las intervenciones en la tela muestran perforaciones, transparencias,
movimiento, como único realce junto al color en una concepción
minimalista, al cual se une el pailleté, alcanzando un look moderno.
Y para las más sensuales los vestidos con aberturas laterales a
pierna entera permitieron descubrir la elegancia sugerente de estos
tiempos. Lo más acertado de la muestra femenina fue la de alta costura, destacada por la tendencia imperante en la moda del mundo, en tonos pastel, estampados de flores y cortes asimétricos que dejan a la vista la dosis de piel justa.
Scutaro cerró la noche con la ruptura de los trajes tradicionales
para novias, pero a la vez con la reminiscencia del pasado. Logrando un
giro romántico. Un hermoso concepto de inspiración en la época de Romeo
y Julieta, realizado según lo observado, en raso de seda blanco ostra,
aderezado por palleté plata envejecida.
El diseño de cada vestido destacaba por cada bordado, capturando la
magia de un momento decididamente memorable y hasta cierto punto
atemporal. Un encaje de profusa orientación floral brindan una lectura de lujo y clasicismo.
Miss Carabobo 2015, María José Brito y Miss International, Jessica
Duarte, destacaron en su pasarela. Scutaro destacó por la capacidad de
trabajar con materiales menos nobles unidos a los más nobles y por su
gama de colores deamaneceres y atardeceres.
El evento, organizado por Francesco Producciones, sirvió para recaudar fondos para la organización Techo de Venezuela,
destacando que la misma se encarga de superar la situación de pobreza
que actualmente viven miles de personas en comunidades precarias.